En una gigantesca cueva venezolana, en la que hasta una pequeña avioneta podría volar en su interior, situada dentro de una de esas impresionantes mesetas de Venezuela denominadas tepuyes, se había encontrado una nueva forma de vida de origen posiblemente extraterrestre: los bioespeloetemas.
Lo particular de este organismo es que no es animal ni vegetal, sino mineral: son una especie de arbolitos pétreos que excretan ópalo. Es decir, minerales que producen minerales.
Se ha especulado con su posible origen marciano, pues en la superficie de Marte se han detectado abundantes cantidades de ópalo.
También aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.
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